Caminante

Alguien, una vez, me dijo que la meta y en lo que consiste la vida está en la felicidad, en llegar a aquello que te llena, que te completa, que te hace feliz. Pero, ¿dónde queda el largo y duro camino, el tiempo invertido, las noches sin dormir y los días sin vivir? ¿Dónde queda todo eso que teje la búsqueda de la felicidad? ¿A dónde va la ilusión diaria de llegar a tu meta? No lo sé. Simplemente desaparece. Y, con ella, lo que te mueve. Cada uno conocemos la felicidad con diferente cara, diferentes ojos, diferente boca... Se tarda en llegar a ella. Y ese tiempo, ese camino es lo que te mantiene viva. Cada noche lo piensas, y lo deseas como interminable. Porque, una vez tienes lo que quieres, ¿dónde está la gracia?, ¿consigues de verdad la felicidad? Como un bebé que busca su sonajero desesperadamente, y un padre cansado se lo ofrece, y al minuto el bebé se ha cansado de él y ya no lo quiere, pero vuelve a intentar, otra vez, sentirlo entre sus manos. A mi me llena luchar por conseguir, no el hecho de conseguir. Cuando lo tienes, lo pierdes todo. Todo. La felicidad la tenemos en el camino, deltante de nuestras narices, pero estáis demasiado ocupados intentando ver qué hay al fondo del pasillo que lo que tenéis a un paso os es invisible.

"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar"

Mirar bien dónde pisáis, la felicidad está en cada paso.